Javier mira a ese chico que ha entrado a su dormitorio con el deseo que no mira a su esposo. Le gustaría poder controlarse pero no puede y se deja arrastrar al pequeño dormitorio del otro. Caen sobre la cama.
--esto es una locura, nos van a pillar. No podemos seguir con esto. Yo me he vuelto loco --jadea Javier.
--Ya sabes que eso es lo que más me gusta de nuestra relación y a ti también.
--nunca debí permitir que esto pasara, esto es una locura.
--pero a los dos nos gusta.
--pero esta casa la paga mi marido, si tuviéramos un sitio para vernos.
--no hablemos de mi hermano ahora, si yo tuviera trabajo sería diferente pero no lo tengo y de todas forma esta casa la pagáis entre él, tú y tu mamá. No perdamos más el tiempo.
--me gustas tanto.
Pablo se siente satisfecho.
--Lo sé. Te encanta lo fogoso que soy, el peligro, yo te doy lo que nunca te daría el soso de mi hermano.
Los cuñados se olvidan de todo y se centran en la pasión.
A la mañana siguiente, Renata sigilosamente entra en el cuarto de su hijo y se asusta al ver a Darío durmiendo solo.
--¡otra vez se ha quedado dormido, esto va a acabar mal¡
Sin perder el tiempo, Renata entra en la habitación de Pablo. Aunque no es la primera vez que los ve juntos se le hiela la sangre cada vez que encuentra a los dos cuñados durmiendo juntos y desnudos. Se apresura al despertar a su hijo.
--por favor hijo, no juegues con fuego, un día te va a pillar tu marido.
Javier no hace caso a las palabras de su madre y se va desnudo al cuarto antes de que se despierte su marido. Pablo abre los ojos y ve a Renata mirándolo con reproche. Él le sonríe con cinismo y se descubre la sábana para que la madre de su amante lo vea totalmente desnudo. Renata se molesta mucho y se va.
Darío se despierta justo cuando su esposo acaba de entrar en la habitación. Se sorprende al verlo desnudo frente a la puerta.
--¿ibas a salir así al pasillo? --pregunta sorprendido-- recuerda que no estamos solos en esta casa. Mi hermano vive con nosotros.
Bastante nervioso, Javier dice:
--no claro que no, lo que pasa es que me pareció que llamaban y me acerqué a la puerta a ver si oía algo.
Darío jamás sospecharía de su esposo. Sale de la cama.
--me voy a dar una ducha antes de que lo ocupen.
Darío sale del cuarto y se mete en el baño. Antes de que se encierre entra su hermano para hacer pis.
--Espera, hermanito... --le dice Pablo con cinismo.
Mientras el uno descarga el otro se mete en la ducha. Darío no se da cuenta que su hermano lo mira burlón porque se está acostando con su esposo y él ni se entera.
Pasa la mañana lentamente, Germán no tenía pensado pasar por la biblioteca pero lo hace un momento con ganas de ver a Darío . Está seguro que lo irá a buscar. Está más rato de la cuenta y se decepciona porque no lo ve.
Darío está en su trabajo como ayudante de un importante dentista de la ciudad. Mientras está en plena labor olvida sus preocupaciones pero en sus ratos libres no deja de pensar en Germán y eso lo agobia mucho. Tiene miedo de lo que pueda llegar a sentir.
--si Javier se entere se muere ¡no le puedo hacer esto¡¡no es justo¡¡ --se va diciendo.
Darío , muy a su pesar, no se puede sacar a Germán de la cabeza.
--¡lo debes olvidar, ese puto debe hacer eso muchas veces, para él no debe tener importancia pero a mi me puede salir caro. Javier no se merece que le haga esto y por un puto¡¡soy un canalla¡¡¡¡Para evitar tentaciones será mejor que en una buena temporada no vuelva por la biblioteca si eso será lo mejor¡
Darío está muy alterado aunque cuando tiene que volver a trabajo logra desconectar.
A la hora de comer, tanto Darío como Germán están en la misma zona. El uno no puede dejar de pensar en el otro. Darío está alterado porque su cuerpo le pide verlo. Germán está muy triste por no haber visto a esos ojos azules que lo hechizaron
--no me vino a buscar, no puede ser que no le diera importancia a mi acto de amor. Fue sexo pero me entregué sin conocerlo porque es alguien especial.
No quiere pensar que puede ser que para Darío fuera solo un polvo. Eso le dolería demasiado.
--Seguro que se le complicó algo o vino cuando yo no estaba, lo volveré a ver. Estoy seguro que lo volveré a ver.
Germán se estremece pensando en el momento que se unió a él. Darío entra en un humilde piso mientras que Germán lo hace en una elegante casa.
Se produce un intercambio de sonrisas cómplices de Pablo y Javier . Darío se siente tan culpable que no se da cuenta. Renata mira a su yerno con pena.
En casa de Germán , su hermano Emilio está enganchado a la novela que hacen cada sobremesa. Es una telenovela argentina y siempre encuentra un galán de turno del que enamorarse.
Por la noche, Darío intenta seducir a su esposo. Está tan ansioso sin poder dejar de pensar en Germán que necesita desahogarse y piensa en hacer el amor con su esposo. A Javier no le apetece.
--estoy muy cansado.
--no me hagas esto, te necesito.
--el sábado.
Darío tiene muchas ganas de desahogarse:
--No, no es cierto. Con ese cuento ya hace meses que nada.
--eso no es cierto.
A Javier le excita que su marido le suplique aunque nunca había sido tan insistente. Darío se le lanza encima con una pasión que Javier nunca no le conoció y se deja llevar. Pensando en Germán , Darío se dispone a hacer el amor con su esposo como nunca.
--no sé lo que te pasa hoy pero me gusta mucho --jadea Javier. .
Pablo los escucha tras la puerta muerto de rabia. No soporta que hagan el amor. Renata lo mira con reproche:
--son un matrimonio, debes dejar que sean felices.
Molesto el chico dice:
--Javier hace mucho que no es feliz.
--¡uno no debe meterse en cosas de un matrimonio y menos con el marido de un hermano¡
--¿qué pasa es que estás celosa de tu hijo?¿te gustaría que te hiciera el amor a ti? --le dice él seductor.
Renata lo abofetea. El otro furioso la quiere besar pero ella le da un golpe en las partes blandas y mientras se retuerce de dolor él le dice:
--¡no te creas tan importante, algún día me voy a cansar de tus cochinadas y le voy a decir la verdad a tu hermano para que te corra de esta casa¡¡
Renata se mete en su cuarto mientras que Pablo va al suyo medio arrastrándose. Está furioso. Le da rabia los jadeos de Darío y Javier .
Darío estaba deseoso de desahogarse, necesitaba hacer el amor y aunque por un lado lo quería hacer para olvidarse de Germán la verdad es que estaba disfrutando especialmente porque se imaginaba al impulsivo chico. Ha sido escuchar la voz de su esposo y volver a la realidad. Al darse cuenta que está con Javier, todo el deseo baja y se para en seco..
--¡lo siento, lo siento¡
--¿pero qué te pasa?¡¡ --jadea Javier .
--¡no puedo, no puedo¡
Darío se levanta envuelto en una sábana y sale del cuarto. Javier se ha quedado sin palabras. Está rabioso.
--¡pero este imbécil que se ha creído¡¡¡¿qué se cree que puede hacer conmigo lo que quiera?¡
Darío se da una buena ducha fría para bajarse la calentura por Germán . Trata de relajarse y de no pensar en él .
--¿qué me has hecho?¿qué me has hecho?¡¡¡¡no fue nada, sólo fue sexo. Pasión¡¡¡sí, hace mucho que no vivía un momento como ese pero estoy casado. Lo tengo que olvidar.
Cuando Darío regresa al cuarto su esposo se hace el dormido ya que quiere que él se duerma pronto. Darío queda tranquilo porque no tiene que dar la cara a su esposo.
Cuando Darío ya se ha dormido, Javier se mete en el cuarto que su cuñado que está furioso.
--¡te acostaste con él¡¡¡
--¡es mi marido¡ --dice Javier porque le encanta provocarlo.
--¡¿te gusta él?¡
--no pasó nada.
--¡¡No te creo¡
--lo tuve tanto tiempo a dieta que ahora ya se volvió impotente.
Los dos se ríen.
--¡pero tú querías¡
--olvida eso.
Javier logra vencerlo con sus besos y los dos sucumben a la pasión.
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