Germán está en el ordenador de la biblioteca. Tiene un estudio en la misma calle y acude a la biblioteca para imprimir y conectarse a internet. De repente alza la mirada. Y se ahoga en los impresionantes ojos azules del hombre que está enfrente suyo. Germán ya no puede concentrarse en su trabajo. El hombre de los ojos azules sonríe. Esa sonrisa seductora cautiva y atrapa. Germán ya no puede escapar ni de esos ojos ni de esa sonrisa. Está pendiente de todo lo que hace ese hombre que lo ha fascinado. El de los ojos azules va leyendo algo que está en la pantalla de su ordenador mientras se toca el cabello y en un momento dado ríe a carcajadas. Después sigue leyendo siempre con una sonrisa encantadora en los labios. Se le ven los dientes. Unos dientes blancos, brillantes. A pesar de todo el trabajo que tiene, Germán sólo se puede concentrar en el hombre. En esos ojos y esa preciosa sonrisa que lo enloquecen. El hombre que seduce tiene la mano bajo la barbilla, tose. Quiere imprimir y se acerca mucho a la impresora y le da varias veces al botón ya que no le salen las copias. Germán imprime para ver si es un problema del hombre o de la impresora, ve que el problema es de la impresora. Lo miro.
-- no le vuelvas a dar al botón ya que después te saldrán todas las copias que has hecho --dice Germán.
--es que no salen.
--lo sé pero por más que le des no saldrán ahora. Saldrán todas juntas después. Te saldrán repetidas. Te saldrán por cada vez que le has dado al botón.
El de los ojos azules le guiña el ojo y Germán sonríe enamorado. El amor a primera vista existe. Vaya si existe. El hombre vuelve a levantarse. Por fin han salido tanto las copias del de los ojos azules como la que ha hecho Germán. Germán va a la impresora para estar a ha su lado. Como si no lo supiera le pregunta:
-- ¿todo es tuyo?
Hojea las impresiones buscando la suya. Le gusta estar al lado de esos ojos azules.
--No creo que estén mescladas, la primera estará.
Germán está deslumbrado. Y se queda junto a él hablándole de lo primero que se le pasa por la cabeza.
--te ha salido mucho repetido.
--y eso que tú me has avisado.
Germán le sonríe. Le guiña el ojo. Ese hombre le gusta mucho y no quiere dejarlo escapar. Los dos son simpáticos. Se sonríen. El de los ojos azules está con el culo en pompa y Germán a su lado excitado. Notando como su verga crece dentro del pantalón. Moriría por poder dar una palmada a ese culo. Está ardiendo.
--se me está acabando el tiempo del ordenador. Creo que a ti también.
Germán le señala el ordenador. Una persona ya ha ocupado su sitio.
--creo no. Se te acabó.
El de los ojos azules está agobiado clasificando sus páginas. Germán quiere quedarse a su lado.
--¿te ayudo?
--ya acabo.
A Germán le gusta esos ojos. Esa sonrisa y ese gran bulto que se que ve al de los ojos azules en la entrepierna. Le avisan para que recoga sus cosas.
--puedo hacerlo yo por ti --le dice Germán.
--no te preocupes.
Germán se despide. Lentamente va a pasar su tarjeta para que le dé un nuevo ordenador. Ya debería irse pero desea estar más tiempo con ese hombre. El de los ojos azules, después de recoger sus cosas, va al lavabo. Y Germán va con él. Germán se pone aún más cachondo al ver a ese hombre en el urinario. Solo hay dos y sin separación. Germán se pone a su lado. Se la saca. No hace pis. La tiene muy gorda y está muy separado. Le excita darse cuenta que el otro se la mira y le gusta lo que ve aunque le sorprende. El de los ojos azules traga saliva ante esa verga que va a reventar ya. Necesita descargar. Y Germán mira la pequeña verga del otro deseando hacérsela grande en su boca. Y esos ojos azules lo miran directamente por primera vez.
--tengo sitio aquí. ¿vamos?-- Germán
El de los ojos azules hace que sí con la cabeza. Se van juntos. A un pequeño estudio. Se besan ardientemente. Germán necesita venirse. Pone su mano en los hombros del otro para arrodillarlo. Germán se viene en la boca de ese hombre. Luego ese hombre se le tira encima. Los dos se retuercen de placer. El otro hombre no se ha desnudado. Solo se ha bajado la ropa. Nada más venirse se abrocha la ropa y se va sofocado. Se va rápido y sin haber hablado. Germán está feliz desnudo y tumbado en el suelo. Para Germán no ha sido solo sexo. El hombre le gusta de verdad. Todo ha sido muy rápido. Ha hecho el amor con él pero él ha desaparecido de repente.
--¿cogí con un ángel o todo lo soñé?
Ha sido tan feliz que le parece mentira. No deja de sonreír. Nunca había vibrado de esa manera en brazos de un hombre. En el suelo está el condón con la semilla de ese hombre. Germán sonríe seductor mirando el condón.
--No. No lo soñé.
Espera que para el otro también haya sido importante y no solo un polvo con un desconocido. Germán no deja de sonreír.
--yo lo he dado todo, él ya sabe lo importante que es para mi... él verá qué hace... si no lo veo al menos me quedará su recuerdo.
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