jueves, 4 de junio de 2020

Capítulo 29






Como a diario, Pablo y Emilio  discuten.
--No vuelvas con lo mismo. Yo lo siento, yo no fui ¿como crees?¡cuántas veces te lo tengo qué decir¡¡ fue Javier, yo no tengo la culpa de que te hayan echado de tu casa.
--es que lo que haces no está bien. Darío  no se lo merece.
Pablo lo mira con un falso cariño y le suplica:
-- no se lo digas, por mi hermano... es mejor asi.
--es que lo tengo que ver cada día y no lo soporto. Me siento fatal.
Pablo se hace la víctima:
--¿qué es lo que quieres de mi? Te vengo a ver todos los días, te demuestro mi amor y lo seguiré haciendo. Pronto estaremos juntos siempre¿es que no te parece suficiente que hagamos el amor cada día, que más quieres de mi? ¿cómo puedes pensar en traicionarme después que soy tuyo? Algún día todo se formalizará pero no ahora... dame tiempo.
--¿Seguro? -pregunta inseguro.
--Claro que sí. Confía en mi, hazme caso... es lo mejor
Emilio  lo abraza feliz y no ve la cara de asco de Pablo mientras Emilio  le va bajando los pantalones. Y Emilio lo besa y disfruta de ese cuerpo que cada día le gusta más sin imaginar que el asco que le tiene Pablo cada día es mayor.

Pablo regresa a su casa humillado como siempre.
--¡algún día todo será mío¡¡¡todo¡¡
Entra en la casa poco a poco. Está nervioso. Ya sabe la noticia con la que se va a encontrar. En la sala, Renata está destrozada. Con un falso dolor Javier  abraza a su cuñado y como si estuviera deshecho le dice:
--mi papá se murió... chocó su auto... ¡que injusticia, siempre se mueren los mejores¡¡
A Pablo lo que más le sorprende es el llanto amargo de su cómplice en el asesinato.

Emilio  está en el ordenador. Escribe para olvidar sus problemas. Alguien llama, se sorprende al ver a Darío . Éste lo mira muy triste:
--tu papá murió... tuvo un accidente... lo siento mucho...
Emilio  no sabe qué sentir. Darío  lo abraza, el otro está en shock.

Durante el entierro, Renata y Javier , que está con Pablo, se muestran deshechos. El dolor de la viuda sí es sincero. Lejos está de imaginar que su hijo mató a su marido. Pablo está muy nervioso, no puede disimular tan bien como Javier  que parece el hijo  desconsolado. Emilio  llega con Darío . El chico está asustado.
--este es tu lugar, ya que no se ha podido localizar a Germán  al menos que uno de sus hijos lo pueda despedir.
Javier  se pone como loco al ver al hijo del difunto. Como siempre cree el ladrón que todos son de su misma condición, teme que el chico quiere reclamar su herencia. Furioso dice:
--¡¡tú no tienes nada que hacer aquí, mi madre somos los únicos herederos¡¡no quiero que estés aquí¡¡
Renata está sumida en su dolor y no dice nada. Darío  saca la cara por Emilio  que está muerto del susto y que está dolido porque su amante ni lo mira.
--¡¡Emilio  es el hijo de Alfredo y sea o no heredero tiene derecho a despedir a su padre¡¡¡
--¡su padre lo odiaba... mancha su memoria que esté aquí¡ --Javier .
Que le recuerden eso hace mucho daño al muchacho que se va corriendo. Darío  mira a su   esposo con rabia:
--¿¡ves lo que has hecho¡¡¡?
--¡tu lugar es a mi lado... no al lado de ese degenerado¡¡
Darío  va detrás de su amigo a pesar que Javier   le exige que vuelva. Furioso dice a su madre:
--¡tú que tanto lo defiendes, mira lo que me hizo¡¡¡me dejó solo... a mi, a su esposo¡¡¡no le importó mi enorme  dolor por la muerte de mi querido padre¡¡
Renata está tan desolada que ,mientras los restos de su marido son sepultados, se desmaya. Javier  ni se inmuta. Pablo es quien la socorre. Está impresionado por la frialdad de Javier .


Emilio  se va llorando por el cementerio. Darío  va detrás de él. 
--Espera, espera... --le va gritando.
El chico se refugia ante la tumba de su madre. Darío  llega con él.
--Por fin, me has hecho correr por todo el cementerio.
Muy triste Emilio  dice:
--aquí descansa mi madre, me hubiera gustado que mi padre fuera enterrado aquí.
--siento no haber podido ayudarte en eso pero nadie te puede impedir que estés en el entierro de tu padre.
--envidio a Germán, él  no se ha enterado de nada y cuando vuelva, si vuelve,... ya todo habrá pasado.
Darío  lo abraza. Sufre con la posibilidad que su amado no regrese nunca pero da ánimos a Emilio .
--volvamos, tienes que despedirte de tu padre.
Emilio  se seca las lágrimas y dice:
--a mi ya no me importa el dinero. Gracias a ti estoy saliendo adelante. Mi padre murió odiándome. No tiene caso que yo esté aquí. Mejor me voy,  tú ve con tu esposo.
--no, yo me voy contigo.
Los dos se van juntos.



Semanas después... en el día de difuntos, Emilio  lleva flores a su madre. Le pide ayuda para poder olvidar ese secreto que le quema por dentro o confesárselo a Darío . Luego, antes de irse, se acerca a la tumba de su padre:
--te perdono, padre--dice.
Luego para distraerse, va a la biblioteca. Es por la tarde. Darío  acaba de entrar y sin ver al otro hombre va directo al lavabo. Emilio  se lo queda mirando.
--es lo que deseé desde el primer día que lo conocí  pero no está bien. Me acuesto con su hermano  y él es mi amigo.  Ama a mi hermano.
Igualmente va tras él. Darío  le sonríe. No parece importarle que el chico lo haya seguido. Está muy separado y el hermano de Germán  le ve a perfección pues lo que hay que ver. Y lo que Germán ha disfrutado tantas veces y Emilio se moría por ver. Emilio  logra ver la parte más secreta de ese chico que tanto le gustó cuando lo conoció, logra ver aquello que le quiso ver desde el principio. Darío  no dice nada a pesar de darse cuenta de la penetrante mirada del hermano de su amado que no le saca los ojos de encima a eso que tiene en la mano. Ver la parte más íntima de Darío  lo embriaga... le recuerda lo mucho que le gustó...
--no puedo hacer esto,  aunque me guste tu hermano... lo justo es lo justo --susurra.
Darío  se abrocha los pantalones confundido:
--¿de que hablas?
--Pablo es el amante de Javier ... Javier está perfectamente. Yo me acosté con un médico asqueroso para conseguir ese certificado. No lo hice para hacerte daño sino por complacer a tu hermano pero lo hice. Soy su cómplice.
Darío  se queda de piedra.
--¿de qué hablas? ¡No puede ser¡¡
--a mi me gusta tu hermano y lo espiaba en las noches mientras se acostaba con tu marido en el cobertizo, Pablo me fascina y aunque esté mal pues logra que haga lo que quiere. Yo conseguí ese certificado. Javier sólo quiere retenerte a su lado para seguir siendo el amante de su cuñado.
Darío  está como en shock:
--no puede ser ¡no puedo creer  que participaras de algo tan asqueroso,  que me lo ocultaras¡
Emilio  está muy nervioso. Sabe que va a perder tanto a Darío como a Pablo pero quiere hacer lo correcto:
-se veían todas las noches en el cobertizo. Sé que aún son amantes. 
Darío  está desconcertado, no sabe si le duele más el engaño de su hermano, el de su   esposo o el que Emilio  al que creía su amigo le haya ocultado una verdad que pudo darle la felicidad. Emilio  está asustado pero ya no quería callar más.
--Javier  le contó a mi padre que acosaba a tu hermano  para vengarse de mí, de Germán . Javier sabía que tú lo amabas a  Germán , por eso te quiso retener con una falsa enfermedad. 
Darío  golpea la pared con rabia:
--¡¡no puede ser¡¡¡¿¿porque no me lo dijiste¡¡¡
--Pablo se acuesta conmigo para que le guardara el secreto.  Sé que soy un miserable... pero... ya no puedo callar más... lo siento¡¡
Emilio  busca el perdón de Darío  pero no lo encuentra. Darío  se va corriendo deshecho. Emilio  llora por haber perdido a un amigo pero sabe que es lo que se merece.

Darío  llega a su casa furioso. Renata se sorprende ya que no es hora que llegara. Asustada no le deja que llegue al dormitorio.
--¡¡¿dónde están ¡¡yo sé que Javier  y Pablo son amantes¡¡¡están en su cuarto o en el cobertizo¡¡¡
Darío  grita como un loco, Renata trata de controlarlo pero no lo puede evitar. En el dormitorio de Pablo están los dos amantes que se vestían de prisa. Como un loco Darío  arremete contra ambos sin que  lo puedan controlar.
--¡¡Emilio  me lo ha contado todo, ya sé que no estás enfermo  y que tú te acuestas con Emilio para que te guarde el secreto¡¡
--¡no es verdad¡¡¡ --grita tratando de esquivar los golpes de su hermano.
--¡¡si es verdad, ya no te necesito. Quiero que te vayas de mi casa¡¡¡--dice a su marido.
Darío  mira a su   esposo con rabia:
--¡¡eres... ¡¡no te quiero ver nunca más¡¡
con rabia Javier  le dice:
--¡¡yo no necesito nada de ti. Me tienes harto, ya te amargué la vida, Germán  nunca será para ti,  no te quiero ver más...  quiero el divorcio¡¡
Renata mira a Darío  con pena. Quiere justificarse pero él no se lo permite y va a su habitación a recoger sus cosas. Renata trata de calmarlo. Pablo mira a Javier  furioso. No soporta que le haya dicho la verdad a su hermano.
--¡él ya lo sabía... se lo contó el tarado ése¡¡¡
--¡me va a oír¡¡me va a oír¡¡¡primero lo mato y luego tú y yo hacemos planes de futuro, ahora solo me tienes a mi, yo voy a disfrutar de tu dinero¡¡

Emilio  está muy nervioso en su estudio. Tiene miedo de lo que pueda pasar. Pablo llega en ese momento. Antes de que Emilio  diga algo, Pablo lo empieza a golpear como un loco, lo golpea una y otra vez, y otra, y otra... Parece que lo vaya a matar. Lo golpea, le da patadas, le escupe mientras le dice que lo odia, que le daba asco acostarse con él.
--¡nunca nadie me ha dado tanto asco como tú a mi¡¡¡disfrutaste de mi cuerpo pero ahora me las vas a pagar... esto no se queda así, no vas a volver a disfrutar, eso te lo juro yo... no te voy a perdonar lo que me obligaste a hacer... te odio, te odio...¡¡
Emilio  está muy asustado. Pablo se saca una navaja del bolsillo y está dispuesto a clavárselo al chico 
--¡VAS A MORIR, POR HABERME CONVERTIDO EN UN MARICON COMO TÚ¡¡TE MATARE COMO MATE A TU PADRE¡¡


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