martes, 2 de junio de 2020

Capítulo 5



Darío   vuelve a la biblioteca  y aunque se quiere convencer que lo hace porque necesita buscar unas cosas en internet en realidad se muere, aunque no lo quiere reconocer, por volver a ver a Germán . A quién ve es al hermano  que no le saca los ojos de encima. Darío  va al lavabo y Emilio , muy excitado, detrás pero se queda con las ganas de poder verle algo pues Darío está constipado y sólo ha ido a sonarse la nariz. De hecho en cuanto el ansioso hermano de Germán ha llegado al baño el otro ya estaba saliendo y con la mano en el interruptor para apagar la luz pero la deja encendida al verlo a él. Emilio  se estremece al sentirlo muy cerca de él. Ninguno de los dos puede imaginar que tienen algo que los une. Darío  jamás imaginaría que ese chico que tanto lo mira es el hermano del hombre  por el que no deja de pensar y angustiarse.  Emilio  lo ve irse, sus ojos se clavan en las posaderas de él:
--vaya, no tiene  --dice con decepción-, bueno tan bien los pantalones son muy amplios. Seguro que con tejanos tiene un cuerpazo.
Emilio  se excita solo pensando en eso. Darío  no tarde en irse dejando triste a Emilio. Germán  llega cuando    ya se ha ido. Los hermanos se saludan con frialdad. No imaginan que los dos están decepcionado por lo mismo. Emilio porque se le fue el macho sin verle el premio   y Germán  porque no lo vio y es lo que quería.

Al llegar a su casa, Emilio  se tiene que dar una buena ducha fría para que se le baje la calentura.
Se mira al espejo y suspira pensando en Darío .
--con un tipo así no tendría miedo, aunque me doliera también. Hacerlo con un tipo así es lo que siempre quise ¡que hombre¡¡¡¡y con el tiempo que hace que no tengo diversión¡
Emilio  se masturba pensando en Darío .

Darío  acaba de ducharse. No puede sacarse de la mente a Germán .
--¿¡pero qué es lo que me pasa contigo?¡¡ ¡Porque no puedo sacarte de mi cabeza¡¡¿no pasó nada?¡¡fue sexo, sólo sexo. Buen sexo, como nunca.  Pero solo sexo.
Darío  le asusta pensar que tenga más importancia de la que él crea. 
--yo lo que necesito es un poco de placer. Seguro que a la que lo haga con Javier  pues se me olvida la tontería. Sí claro.  Es eso, la única persona con la que he cogido en más de un año es Germán  y claro por eso no dejo de pensar en él . Pero Javier  trabaja mucho y está cansado y además después de mi pinchazo de la otra vez... Yo no lo he podido olvidar y sé que él  tampoco. Su mirada burlona me hace tanto daño. No, no puedo volver a quedar en ridículo.
Darío  tiene miedo a que pueda ser impotente, también a no olvidar a Germán  y no poder entregarse a su esposo. 
--¿qué me hiciste?¿qué? ¡esto es un castigo. Tú eres mi castigo. Tú eres el castigo. Por haber sido infiel a mi   esposo ahora vivo condenado a no poder olvidarte. A no poder llevar una vida de pareja.
Darío  está muy atormentando y no sabe cómo encontrar alivio a su angustia. Darío golpea la pared con el puño:
--¡maldita seas¡¡ojalá nunca te hubiera conocido¡
Aunque esas son sus palabras su cuerpo se revela y pide al grito el cuerpo de Germán .

Darío  pasa muy mala noche. Da vueltas por la cama. Puede hacerlo tranquilamente ya que está durmiendo solo. Se despierta.
--¿otra vez no está Javier ?
No es la primera vez que se despierta y no encuentra a su esposo.  En realidad ya no le importa. Así se tranquiliza y da vueltas por el cuarto pensando en Germán  sin que su   esposo se entere. En seguida normalmente le viene el sueño y puede dormir pero ese día tiene una zozobra que no lo abandona. No puede dejar de pensar en Germán  para sacarlo de sus pensamientos, decide salir al pasillo.
--Tal vez Javier  esté en el comedor y bueno si no tiene sueño... Tengo que intentarlo. Tal vez si él  es el que da el primer paso... yo tengo miedo a ser yo el que insiste y luego hacer el ridículo como la otra vez...

Pablo explota en el interior de Javier . Los dos están encantados. Caen el uno al lado del otro.
--¿no deberías irte? Mi hermano últimamente está muy desvelado. A ver si nos engancha.
Javier  se da cuenta que su amante se lo quiere sacar de encima y se enfada.
--¡claro como ya te di lo que querías pues ahora ya me puedo ir¡
Pablo lo mira con cinismo:
--no te quejes que a ti también te gusta.
--sí pero es que parece que para ti no es más que un juego.
--eres tú el que me has venido a buscar.
Javier  se enfada mucho:
--pues tranquilo que nunca más te volverá a buscar.
Pablo sonríe porque sabe que eso no es así pero igualmente dice:
--no seas tonto.  Hemos dormido muchas veces juntos pero no tiene caso arriesgarse. Si nos quedamos dormidos pasa pero estando despiertos pues es una tontería arriesgarse.
Javier  no está muy convencido pero el hermano de Darío  lo abraza y lo besa con una salvaje pasión de la que él  queda atrapado. Pablo lo mira con cara de degenerado y con orgullo ya que sabe que puede hacer lo que quiera con él. Javier lo acaricia:
--no sé qué me das que me vuelves loco.
Con cinismo Pablo dice:
--entraste en la familia correcta, al casarte con mi hermano te llevas dos al precio de uno. Mi hermano trabaja y paga las facturas y yo te hago feliz en las noches.
Los dos sonríen. Javier  se iba a ir pero de repente Pablo lo echa para atrás. Habla muy flojito.
--¿qué pasa? 
Pablo le hace señas para que esté en silencio y en susurros le dice:
--mi hermano, mi hermano está en el pasillo.
Se oyen pasos.
--¿cómo sabes que es él?
--Porque lo sé. Tú quédate aquí y sal cuando yo me lo haya llevado a la cocina.
Pablo se pone los calzoncillos y sale en búsqueda de su hermano que anda con la parte de debajo del pijama.
--ya sabes que no me gusta que andes desnudo en la casa --le regaña Darío.
--No estoy desnudo.
--en esta casa viven una señora que se va a ofender si te ve así. Además Javier es muy tímido. Le dará mucha vergüenza si te. No quiero que ni mi suegra ni mi esposo se incomoden.
Pablo lo mira con cara de travieso, le pone los brazos sobre los hombros y lo va llevando hacia la cocina:
--mi   esposo debe estar dando vueltas por aquí y no quiero que te vea así.
--Javier  seguro que ya está durmiendo en su cama o hablando con la madre. Además no va a ver nada que no haya visto. Digo... porque a ti te debe ver así a diario --con sarcasmo.
Darío  lo mira regañón:
--¡no te pases,  estás hablando de mi esposo ¡
Pablo lo mira con cinismo mientras se encarga que él no mire atrás. De reojo ve como Javier  sale de una habitación para meterse en otra.
--Por cierto, hermanito, ¿Como van las cosas con tu esposo?
Darío  se pone nervioso. Por el tono de broma que ha usado su hermano le parece que debe saber algo pero no lo cree posible. Está seguro que su   esposo no habla de su intimidad con nadie y menos con él.
--pues muy bien ¿es que alguien te dijo algo?
La cara de vergüenza de Darío  divierte a Pablo que le encanta hacerle pasar un mal rato:
--los dos somos machos, esas cosas se nota. A ti se te nota en la cara que hace mucho que no te diviertes.
Darío  piensa en Germán  y se siente culpable:
--bueno... es que yo --intenta decir nervioso.
--si no pasa nada. Lo que pasa es que estoy preocupado por ti. Vivimos juntos y parece que hace tiempo que.... ¿tú tienes algún problema físico?
Darío  se pone muy nervioso y no quiere hablar de eso.
--yo me voy a dormir que estoy cansado.
Pablo le agarra del brazo para que no se vaya.
--Entre hermanos hay que tener confianza.
Darío  está tenso y trata de soltarse pero Pablo insiste.
--yo no quiero hablar de esto, es algo muy personal.
Como si estuviera preocupado pero con cara de cínico, Pablo dice;
--No si yo lo digo por ti, ya se sabe que a tu edad estas cosas empiezan a fallar. Es normal que a tu edad ya no se te levante. Aunque te deberías asegurar que es sólo por la edad. Yo aún soy joven pero tú...
Molesto Darío  le interrumpe:
--No nos llevamos tanto...
--seis  años y medio es bastante. Tú ya pasas 30 y yo estoy en la flor de la vida.
--bueno para ya con esta tontería.
Darío  se va avergonzado. Pablo sonríe contento por haberlo molestado. Darío  entra en su dormitorio. Javier  está supuestamente dormido. Darío  piensa cualquier cosa menos la realidad de su desaparición.
Se sienta en la cama y lo mira con culpa. Trata de recuperar los sentimientos que los unieron en el pasado. No quiere reconocer que ya todo está muerto, que sólo es la rutina la que lo une a él . Cree que todo es culpa de él y se siente muy culpable.
--Javier  siempre ha estado a mi lado. Yo no le puede hacer esto. Si engañarlo fue de lo peor, aún es más bajo que recuerde ese momento día tras día --dice para sí.
Darío  se tumba al lado de su   esposo y trata de dormir pero le cuesta mucho ya que cada vez que lo hace recuerda el cuerpo desnudo de Germán  y se estremece recordando que estuvieron juntos.




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