miércoles, 3 de junio de 2020

Capítulo 16







Muy molesto por el desprecio de Germán , Darío  le dice muy hiriente:
--¿que problema tienes conmigo? yo te di lo que buscabas. No te puedes quejar ¡gozaste mientras te revolcabas conmigo¡¡¡
Germán lo abofetea y Darío se queda lloroso y furioso. Lo besa a la fuerza. Germán no se resiste mucho. Cuando ya lo tiene a sus pies, deseando ser suyo lo suelta con desprecio. Se miran con furia, con ganas de golpearse y amarse. Darío lo agarra del brazo y lo lleva casi arrastras al dormitorio. Germán  tiene la mirada encendida. Está seguro que le va a hacer el amor. No le gusta sus formas pero es algo que le apetece. Ofrece una no sincera resistencia.
--¡suéltame, desgraciado¡¡no te voy a permitir que me hagas tuyo a la fuerza¡¡sólo violándome me vas a volver a tener pero no te voy a dar el gusto¡¡
Darío  lo mira burlón y dice apartándose :
--¡¡ya te gustaría a ti que te hiciera el favor pero ni en sueños, ya no tienes nada que ofrecerme¡¡¡
--¡maldito, desgraciado¡
Darío lo mete a la habitación a la fuerza. Germán mira la cama con cara de decir: "con que no me vas a hacer el amor". A pesar de su mirada furiosa, Germán  está feliz con la idea de volver a vibrar en brazos del   hombre que lo vuelve loco. Darío le adivina sus pensamientos y le dice lanzándolo a la cama:
--¡¡yo no quiero hacer el amor contigo¡¡¡tengo un  esposo y él  es solo mío y no como tú que te ofreces a todos¡
Se miran con rabia.
--¡te odio¡¡ --dice Germán.
Con cierta ironía  Darío dice:
--si se nota.
Molesto Germán  le repica:
--¡pues si no me vas a coger no sé para qué me has traído a tu habitación¡¡
--¡para que te des cuenta que no tienes nada que reclamarme, que no soy un mantenido¡¡yo tengo mi trabajo, mi salario. Ahora estoy de vacaciones pero seguiré trabajando en septiembre. Te voy a dar a ti mi último sueldo y el de mi   esposo para pagar nuestras facturas¡¡¡yo me mantengo solo y te aseguro que me voy a quedar en tu casa el menor tiempo posible¡
La furia y el orgullo que ve en los ojos del hombre le gustan a Germán. Sí quiere ese dinero para demostrarse a sí mismo que sí es el hombre que creyó, que no es un arrimado. Pero tiene dudas:
--no le debes creer --dice para sí-- está casado. Seguro que lo que quiere es hacerte caer para divertirse esta noche pero yo no voy a caer en su juego.
--¡pues eso es lo menos que puedes hacer para no estar en esta casa de arrimado¡¡¡espero tu dinero¡
Los dos se miran desafiantes. Darío  mira el sobre. Germán  se impacienta. Darío  lo busca con desesperación.
--¡seguro que lo puse aquí¡¡
Germán  lo mira con rabia:
--¡lo sabía. Eres una basura que ni siquiera lo quieres reconocer¡¡¡lo que quería eras ablandarme para hacerme el amor¡
Molesto Darío  se acerca a él , lo siente temblar, sabe que está a sus pies.
--¡¡yo no necesito nada para hacerte el amor sólo tengo que chasquear los dedos¡¡
Germán  lo quiere abofetear pero Darío lo agarra y lo besa y Germán se le entrega. Harían el amor si Darío quisiera. Se levanta de la cama. Está sofocado.
--andate. No quiero coger contigo.
Germán se levanta y lo mira lloroso:
--¿porque me engañas? Porque juegas conmigo?
Darío  siente el dolor de Germán  y eso le hace daño. Lo mira fijamente y le dice:
--te juro que lo del dinero es verdad. Javier  lo debe haber guardado en otro sitio. Mañana te lo doy, tienes mi palabra.
Germán  lo mira con ojos de sangre. A Darío le duele esa mirada. Lo deja ir. Germán  se encierra en su cuarto llorando. Darío aún no está seguro que Germán lo ame de verdad. Lo sigue, lo oye llorar. Eso lo angustia. Vuelve a su cuarto confundido.
--¿sufre? ¿sufre por mi? ¡¡no puede ser¡¡¿¿pero porque debería fingir ese llanto? ¡¡no sabe que yo estaba escuchando¡¡además ahora tenía razón, cree que soy de lo peor¡¡yo le prometí un dinero que no le he dado¡¡¡



Su desesperación por encontrar ese dinero aumenta y lo busca como loco. Se desespera al no encontrarlo. Cae sobre su cama abatido. Le duele pensar en la tristeza de Germán .
---¡le tengo que cumplir, le tengo que dar ese dinero¡¡¡Javier  debió guardarlo en otro dinero. Era mucha plata, seguro que fue eso¡¡
Darío  está muy atormentado. Se queda en la cama esperando a su esposo.  No deja de pensar en Germán . Se acaba quedando dormido. Javier  llega cargado de paquetes y bolsas. Las quiere guardar antes de que se despierte su esposo pero Darío  se despierta. Lo mira con horror al ver que ha comprado tantas cosas.
--¡no puede ser¡ --dice.
Javier  lo quiere saludar con un beso pero él lo agarra con furia y le dice:
--¿¿¡de donde has sacado el dinero para esto?¡¡
Javier  procura no ponerse nervioso.
--¿pero mi amor, y esos modales?¡
Darío  lo zarandea:
--¿¿has tomado el dinero del sobre para comprarte estas tonterías?¡¡¡
--¡también he comprado cosas para ti¡¡¡las necesitamos ahora que hemos subido de nivel¡¡¡
Darío  se lleva las manos a la cabeza. Se sienta sobre la cama desesperado:
--¡dime que no te has gastado todo el dinero del sobre¡¡
--¿cual es el problema? ¡¡además también era dinero mío¡¡
--¿¿¡te lo gastaste todo?¡¡
--¡¡sí¡¡
Darío  está desolado.
--¿¿y ahora que le digo a esta gente?¡¡¡¡
--¡no tenemos que darle explicaciones a nadie¡¡
--¡claro que sí, yo les prometí el dinero de ese sobre para pagar nuestras facturas¡¡
--¿porque hiciste esto?
--¡¡porque no estamos aquí de arrimados¡¡¡¡y no necesitas nada de estas cosas¡¡
--¡¡ahora somos ricos¡¡
--¡no, no lo somos. Los dos vamos a trabajar igual¡¡
--¡¡yo no pienso trabajar, pienso dejar ese empleo de cuarta que tenía¡
--¡no puedes hacer eso¡
--ya lo hice. Encontré a mi ya ex jefa y la insulté. Aunque quisiera ya no puedo volver.
Darío  está cada vez más desesperado:
--¡tienes que devolver esto¡¡¡¡¡quiero mi dinero mañana mismo¡¡ --dice agarrando las cosas que ha comprado el hombre.
--¡¡¡ni loco¡¡¡¡todo esto es de mi madre y por lo tanto es mío¡¡¡qué menos que nos den comida gratis¡¡
--si no lo devuelves lo que compraste con mi dinero me voy, yo no voy a ser un mantenido.
--¡¡pues vete, yo me quedo aquí¡¡ 
Darío  lo mira decidido:
--¡¡eso quiere decir que te quieres divorciar de mi¡¡¡?
La palabra divorcio asusta al hombre. Además piensa en Pablo. Trata de ser cariñoso:
--Mi amor, nadie te ha pedido dinero, que importa que me dé el gusto. Donde comen cuatro comen siete. No pasa nada. Podemos disfrutar de todo esto.
Darío  lo mira decidido y dice:
--¡hablo en serio. Si mañana no tengo ese dinero yo me voy de esta casa y verás tú si te quedas o no¡¡
Javier  trata de seducir a su marido pero él no se deja y furioso se va del cuarto. Javier  golpea la pared con rabia.
--¡¡maldito, maldito¡¡¡
Piensa en si debería dejarlo o no.
--Si él se va nadie se atrevería a correrme de aquí. Tal vez sea lo mejor pero ¿y Pablo? ¿cuando lo vería? pero lo que sí tengo claro es que no voy a dejar esta casa y tampoco voy a devolver estas cosas tan bonitas que me compré¡¡
Javier  toma un tanga muy provocativo que ha comprado para que se la arranque Pablo.

Darío  está en la sala. Aunque no le gusta actuar como si estuviera en su casa se siente muy herido. Se acerca a la licorera y empieza a beber. Germán  baja las escaleras. Antes de ver la cara de su amado dice con ironía.:
--¡vaya y encima alcohólico¡¡¿también me vas a pagar esto que te estás bebiendo? 
Muy dolido, Darío  lanza la copa hacia la pared con mucha rabia. Germán  se sorprende al verlo tan mal. Se acerca a él a abrazarlo pero Darío lo rechaza.
--¡dejame, no quiero tú compasión¡
--¿que te pasa?, quiero ayudarte --le dice con pena.
--¿y porque me ofendes? ¡¡yo no soy un mantenido¡¡ya estoy harto¡¡¡no me gusta haber sido un juguete en tus manos, no me gusta que todos me usen¡¡yo no quería vivir en esta casa. Yo puedo trabajar, yo te juro que tenía dinero para darte pero mi   esposo se lo gastó en tonterías¡¡¡no puedo soportar que pienses lo peor de mi¡¡
Darío  cae abatido en el sofá. Germán  se sienta a su lado y lo abraza:
--lo siento... yo...
Los dos se miran con deseo.
--¡no puedo más,  nunca debí venir aquí¡
--yo no te quería hacer sentir mal.
--la culpa no fue tuya, si mañana no tengo ese dinero para darte me voy de esta casa¡
En el fondo Germán  no quiere que se vaya.
--no tienes que irte por mi.
--no es por ti, es por mi. No soporto sentirme un mantenido. Además no es moral ¡¡no puedo vivir en el mismo techo con mi   esposo y contigo... tú que fuiste mi amante¡
Los dos se miran a los ojos con mucho amor y van uniendo sus labios. Ninguno de los dos se da cuenta que Javier  lo ha oído todo. Está furioso.








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