martes, 2 de junio de 2020

Capítulo 7

Darío  se tumba en su cama desesperado:
--¿qué estoy haciendo?¿qué estoy haciendo? 
Su piel tiembla de deseo. Ser sólo un juguete en las manos de Germán  lo hace sentir menos mal. Si ya le duele estar engañando a su   esposo pues le resulta aún peor estar engañando a los dos. Trata de calmarse pero el recuerdo de Germán  lo angustia, lo llena de deseo y de ansiedad. La ilusión que veía reflejado en los ojos de él  lo llenan de dudas:
--bueno, tal vez le pueda gustar un poco pero tampoco será nada importante. Seguro que no has dejado en su vida ni la mitad de huella de la que él  ha dejado en mi. él  debe seguir con su vida sin problema  y en cambio yo me estoy volviendo loco ¡cree que soy libre¡¡él  sí es libre, él  puede hacer lo que quiera,  yo no lo puedo cuestionar pero él  a mi sí¡¡¡no es justo que yo siga actuando como un hombre soltero cuando estoy casado¡¡
Trata de auto-justificarse:
--si él  le importara si soy casado hubiera preguntado.
Darío  trata de justificarse para no sentirse tan mal.


Germán se desahoga en su diario:
"Darío , mi amor, ¿recuerdas el día de hoy? Seguro que sí. Hoy hace 6 meses de la primera vez. Fue el día más feliz de mi vida. Un día que no olvidaré mientras viva. Ya creía que nunca te volvería a ver y no sólo te vi sino que te amé como la primera vez.  Eres tan guapo. Pero te noto distante ¿qué te pasará? Me he entregado a ti en cuerpo y alma ¿eso no es suficiente para ti? ¿por qué eres tan apasionado, tan cariñoso cuando estamos hacemos el amor y luego tan frío? Tal vez esté cometiendo un error, tal vez seas de esos tipos que solo buscan sexo y yo te lo he puesto tan fácil... No, tú no eres así... Se ve que eres  tan buena persona. Tal vez yo no te supe transmitir mi amor. Todo es tan bonito cuando estamos juntos pero de repente todo acaba y tú te vas. Yo espero verte mañana. Volverte a amar y sentirte mío sin que después te escapes"

Darío  está encerrado en su cuarto, se acerca la hora de la cena. Fuera está su familia y él se siente culpable. No se atreve a mirar a los ojos a su esposo.  
--¡¡soy una basura¡¡soy una basura¡
Su cuerpo se estremece ya que aún siente las caricias del hombre. Su olor. Ha pasado meses deseando vivir una segunda vez, frustrándose y ahora que la ha vivido su cuerpo le pide con urgencia una tercera vez.
--¡no, no¡¡¡ya se acabó, una vez fue un error, dos está muy mal pero la tercera ya es puro vicio¡¡¡yo estoy casado, no puedo vivir como si fuera soltero¡
El rostro de Germán  se le aparece en su mente una y otra vez.
--Yo no puedo dejar de pensar en él¡no puedo¡¡¡maldita la hora en la que lo conocí¡¡¡es mi castigo, mi castigo¡¡¡si sigo así voy a destruir mi matrimonio por una tontería¡¡tontería por un puto¡

Darío  lucha contra su deseo y su miedo. Le cuesta mucho hacer el que no pasa nada. Como su   esposo pasa de él pues no se entera de nada y él cree que la culpa de que todo vaya mal es de él. Tarda unos días en volver al biblioteca . Decide actuar con normalidad.
--si lo vuelvo a ver pues ya veremos lo que pasa y sino pues mejor.
Dos fuertes corrientes luchan dentro de él. Pasa un momento por la tarde. Por un lado le entristece que él  no esté y por otro le tranquiliza. Los recuerdos le abruman y en seguida recoge sus cosas. El que sí está en la biblioteca  es Emilio . El hermano de Germán  está tan concentrado en su pantalla que pese al estar al lado del pasillo no se ha dado cuenta que Darío  ha pasado por su lado. Sí lo ve cuando Darío  vuelve. Se da cuenta que viene del lavabo y se muere de rabia.
--¿¡¿cómo puede ser que no lo haya visto pasar?¡¡¡que rabia¡¡¡ --se dice Emilio .
Emilio  mira con deseo al guapo hombre. Los andares  del hombre enloquecen a Emilio . Además Darío  lleva unos jeans que estilizan aún más su esbelta figura. Emilio  se pone a cien viendo el gran bulto de la entrepierna del otro. Emilio  lo mira fijamente, Darío , que lejos está de sospechar quien es el hermano de él, lee su deseo. No entiende muy bien los sentimientos de Emilio  hacia él pero los sospecha y se alegra que no lo haya seguido aunque eso haya puesto de muy mala leche a Emilio . Emilio  no puede dejar de mirarlo excitado al   guapo que lo mira con cara de estar pensando: "te lo has perdido: Así lo siente Emilio  que pasa el resto del día de muy mal humor pensando en lo que podía visto si se hubiera dado cuenta que el chico por el que suspira iba al lavabo.
--Con el tiempo que hace que no veo a nadie desnudo y más un macizo así... Un macizorro como ese meando debe ser el espectáculo más importante del mundo. ¡y yo me lo he perdido¡¡que rabia¡

Desnudo en su cama y pensando en la gran entrepierna de Dario, imaginándose jugando con esa entrepierna, Emilio se mastuba.

Germán   también está tumbado en su cama pensando en el mismo hombre que su hermano aunque él  lo hace de una manera más tierna. Aunque ha hecho el amor con él y aunque lo ha disfrutado lo que a él  le gustaría es poder conocer de una manera más espiritual al propietario de su alma.

Cuando Darío  vuelve a casa, Renata le entrega un sobre a su yerno.
--viene a tu nombre así que no lo he querido abrir yo --Renata.
Darío  lee el contenido del sobre con el rostro desencajado. Renata lo mira a la expectativa. Se da cuenta que algo no va bien. Javier  y Pablo, que están en la mesa, se hacen cositas por debajo de la mesa y no prestan atención a lo que pueda pasar.
--¿qué es lo que pasa? ¡no me asustes¡ --Renata.
Darío  deja el sobre en la mesa muy furioso:
--¡nos echan de la casa, no nos renuevan el contrato de alquiler¡
--¿cómo que no?¡¡ tú me dijiste que todo estaba arreglado --Javier .
--de palabra sí pero ahora resulta que no, que no nos renueva el contrato, que el propietario quiere vender el piso y si no lo compramos nosotros pues nos tenemos que ir --Darío .
Renata es la que está más angustiada:
--¡pero no tenemos dinero para comprarlo¡
Darío  se siente frustrado por no poder dar mejor estabilidad a su familia.
--¿¡que vamos a hacer?¡ --Javier .
--Los tres trabajamos así que saldremos adelante, podremos alquilar otro piso como este. En la calle no nos vamos a quedar --Darío .
Renata está triste, piensa en Alfredo, en que si él le diera su lugar todos sus problemas se solucionarían. Darío  es a la que ve más preocupada y con el cariño de un hijo le agarra de la mano y dice:
--algún día voy a tener mi propio consultorio y viviremos en una bonita casa y tú no tendrás que trabajar.
Renata le da un dulce beso a su yerno para agradecerle su cariño. Mira a su hijo con reproche ya que Javier  mira a su   esposo con frialdad, está seguro que éste no logrará triunfar.

Por otro lado, Germán  y Emilio  notan que su padre llega a la casa muy contento a la casa y cargados de sendos paquetes muy grandes.
--¿y esto papa? --pregunta Germán .
Antes de que el hombre pueda contestar Emilio  ya se ha dado cuenta que es un ordenador. El regalo no le hace tanta ilusión como todos esperaban.
--bueno, tendrás buen internet en casa y no tendrás que ir a esa biblioteca.
Emilio  fuerza una sonrisa porque ahora lo que más desea es pasar el máximo tiempo posible en esa biblioteca  para poder ver al   que tanto le gustó pero no quiere que nadie de su familia lo sospeche.
Alfredo mira a su hijo.
--¿y tú no vas a abrir el tuyo? También te compré un ordenador a ti, si quieres lo podemos llevar al estudio. Y una impresora .
--¿y esto, papá?
--mis acciones han subido, ya no tenemos que pasar privaciones. Podremos permitirnos todo los lujos que queramos.
Germán  tiene una mirada triste ya que piensa en su amado. Emilio , al ver que se podrá dar todos los caprichos que quiera, ya se le han olvidado las penas.
--¿por qué no salimos a celebrarlo? --Emilio .
--el sábado, hoy no. Esta noche tengo un compromiso.
Los chicos ven a su padre muy misterioso pero no le dicen nada. 

Renata se sorprende ya que Alfredo la lleva a un restaurante y muy caro. Siente algo de rencor y culpa pensado en los problemas de su casa pero no dice nada.
--¿te ocurre algo? 
--los problemas de siempre.  Vine aquí para ver si me distraigo.
Alfredo le besa la mano dulcemente y le da un regalo. Ella lo abre sin ganas y se sorprende al ver que es un anillo. Alfredo la mira enamorado y dice.
--Me gustaría que te casaras conmigo y que tú y tu familia os vinierais a vivir a mi casa. La casa es grande y aunque más apretado estaremos todos bien.
Renata no sale de su sorpresa.

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