miércoles, 3 de junio de 2020

Capítulo 14







Ha caído totalmente la noche. Emilio  no puede dormir por tener cerca al guapo Pablo. Desea que se quede dormido ya que quiere contemplarlo mientras duerme así que cuando Pablo le pregunta si está dormido no responde. Además tiene una duda que se quiere sacar. Oye como Pablo se levanta y cierra los ojos. Tiembla de deseo ya que siente su presencia. Seguro que su compañero duerme, Pablo, sin cubrirse, sale del cuarto sonríe con cara de degenerado. Nada más oírlo, Emilio  se hace a la ventana. No tarda en ver como se mete en el cobertizo ocultándose entre las sombras. Al rato llega Javier .
--¿qué es lo que hay entre estos dos? No puede ser que siendo cuñados... 
Es algo que quiere comprobar así que se levanta y sale del cuarto.


Darío  está solo sobre su cama. Se ha hecho el dormido ya que esperaba que su   esposo se durmiera para salir del cuarto. Le sorprende que Javier  se haya ido pero no imagina la verdad.
--está tan feliz con  vivir en medio de todo esto,  seguro que no puede dormir y está paseando por esta gran casa.
Darío  que duerme solo con el pantalón del pijama se levanta y sale del cuarto. No es que lo tuviera pensando pero su corazón lo lleva hasta el cuarto en el que duerme Germán . Es como una energía que no puede controlar. 
--no puedes hacer esto. No puedes.
Darío trata de luchar contra sus ganas de entrar.
--puede estar despierto.
No puede con sus ganas de verlo sin que él  se entere. Golpea a la puerta débilmente y como él  no contesta pues pasa tranquilo. Germán  duerme plácidamente sin imaginar que el hombre de sus sueños está a su lado. Darío  se acerca mucho. Suspira enamorado. Acerca su mano a sus cabello para acariciarlo pero no lo hace. Se sostiene la mano con la otra como si no pudiera controlarla y para así evitar volver a tener tentaciones de tocar a ese hombre tan guapo.  Lo mira enamorado
--que bello es, se ve tan dulce. Tan inocente. Lástima que sea una cualquiera que se regala por un rato de diversión.
No quiere aceptar que los sentimientos de Germán  sean de verdad para no sufrir, para no darse cuenta de que está atado a un matrimonio infeliz mientras que muy cerca de él hay una hombre que lo ama y que sufre por él. Lo contempla lloroso por largo. Germán  se mueve entonces Darío  se sobresalta. Tiene miedo que el hombre lo descubra en su cuarto y opta por irse. Entra en su cuarto con el corazón acelerado y los ojos llorosos. No entiende lo que le está pasando. Germán  se despierta embriagado por la presencia de su amado. Está muy alterado, no sabe lo que le pasa. No se ha enterado de la presencia de Darío pero su alma sí que ha reconocido a la de él. Germán  no entiende porqué está tan ansioso.

Sigilosamente, Emilio  se va acercando al cobertizo. Su corazón late fuertemente.
--¡no puede ser, no puede ser lo que estoy pensando¡
Está al borde de un ataque de nervios. Lo que más lo pone es la posibilidad de ver al guapo Pablo en plena acción. Puede oír perfectamente los jadeos de la pareja cuando está al lado de la puerta del cobertizo.
--¡¡es el amante de su cuñado¡¡
Saberlo  lejos de molestarlo lo excita más y se siente más atraído aún más atraído por él. Abre la puerta con nervios. Teme que lo descubra pero lo que pueda ver le apetece demasiado. Logra entrar y permanecer oculto largo rato. Desde su escondite ve con lujo de detalle como Pablo y Javier  disfrutan de sus cuerpos como bestias salvajes. Pablo aúlla como una bestia salvaje y cae retozando al lado de su amante. Los dos están muy sastisfechos. Emilio  no se ha perdido nada y suda de placer. No se esperaba poder disfrutar tanto con la presencia del guapo. Se va con el mismo cuidado con el que entró. Oye como Pablo y Javier  quedan para el día siguiente en el mismo lugar y a la misma hora. Emilio  cierra la puerta dejando a los amantes felices por su placer y sin sospechas que han sido espiados. Emilio  necesita una ducha fría. Se la da rápidamente antes de que Pablo entre en el cuarto. Tiembla de deseo.
--¡se van a volver a ver, se van a volver a ver¡
El hermano de Germán  se muere de deseo al pensar que podrá repetir la escena.
--tengo que ir con cuidado.  Pablo no puede sospechar que lo he descubierto, sino no actuará con normalidad.
Emilio  decide que le guardará el secreto con la esperanza de poder disfrutar en secreto de los siguientes encuentros de la pareja. Pablo entra en el cuarto con cuidado y con una cara de satisfacción que no puede con él. No imagina que en la ducha un hombre se está masturbando pensando en él. Emilio  sale todo mojado y desnudo de la ducha. Se pone nervioso al ver a Pablo que lo ha descubierto. Pone cara de culpable. 
--¿te has duchado? --pregunta Pablo sorprendido.
Seguro que lo ha descubierto, Emilio  se muere del susto esperando una reprimenda de su guapo compañero de cuarto. Pablo se sorprende por su reacción:
--no, no...yo... es que yo...
Emilio tiembla. No le sale la voz.
--si no pasa nada. Sólo que me sorprende. Es de madrugada. Pero bueno, todos tenemos nuestras manías.
Pablo habla con su amabilidad de costumbre con lo que Emilio  se da cuenta que no sabe nada así que algo más tranquilo dice:
--no, es que sentía calor.
--si es cierto, a mi me pasó lo mismo. Fui a dar una vuelta, que pena que no nos despertamos juntos para poder pasear y hablar un rato
Emilio  lo mira y se estremece recordando como lo vio hace un rato. Pablo le sonríe y le dice:
--bueno, ahora me muero del sueño. Hasta mañana.
Pablo se mete en su cama seguro que su secreto está a salvo. Cree que Emilio está cachondo porque lo ha calentado durante el día y no porque lo ha visto cogiendo. Emilio  no puede dormir pensando en Pablo. Está muy sofocado.

Javier  entra en su cuarto. Se mete con cuidado en la cama. Parece que su marido duerme y se mete a su lado. Darío  está a su lado lloroso y sin dejar de pensar en Germán 

Al día siguiente, Germán  y Darío  se encuentran a mitad del pasillo cuando salen de su habitación. Los dos se miran con deseo pero Germán  le huye. Darío se queda triste pero no dice nada. Germán  se encuentra con su padre y Renata que están como de luna de miel. Germán  se disculpa con su madrastra por faltar a la cena.
--es que no me sentía bien.
Renata lo disculpa.
--otro día será.
--sí pero no hoy, ya que por mi trabajo no tendremos luna de miel pero hoy será para nosotros . No llegaremos a dormir --Alfredo.
--yo pasaré el día en mi estudio. Tengo mucho trabajo --Germán .
--pero si estás en vacaciones --Alfredo.
--igualmente --Germán .
Darío  está arriba en las escaleras escuchando la conversación. Sabe que Germán  está huyendo de su casa para no verlo a él. Por un lado le tranquiliza por otro le apena aunque se niega a aceptarlo.
--¡eso que se vaya, si él  no me quiere ni ver pues yo tampoco lo quiero ver¡
Germán  se da cuenta de la presencia de su amado y los dos se miran a los ojos con rabia y tristeza. Germán  se va mientras Renata y Alfredo no dejan de besarse. Darío  se queda ahí triste.

Javier  se despierta feliz. Se siente un rey. Busca entre las cosas de su marido. Abre un sobre en dónde está el dinero que tenían para pasar el mes.
--¡una parte también es mía pero como que no nos hace falta pues yo me lo quedo todo, el idiota de Darío  es capaz de querer entregárselo a Alfredo. En esta casa no hace falta más dinero y cómo él no se lo quiere gastar pues me lo gastaré yo¡
Los ojos de la hombre brillan de la ambición. Se empieza a vestir.
--seguro que encuentro algún sitio abierto hoy. Tengo que comprarme ropa conforme a mi nueva situación económica.
Al rato Javier  baja dispuesto a irse.
--¿donde vas? Salimos? --dice Darío  que le gustaría irse de la casa.
--he quedado con mi amiga, será mejor que te quedes.
Darío  se queda un poco triste pero no dice nada.

Pablo y Emilio  están en su dormitorio. El primero está desnudo.
--será mejor que te pongas el bañador.
--¿es que no me puedo bañar desnudo en la piscina?  --Pablo.
--Si claro pero mejor te lo sacas ahí, está tu hermano.
--pero él no pinta nada en esta casa, no hay nadie más.
Emilio  está encantado y se va tras él. Le excita ver ese cuerpo desnudo en movimiento. Darío  se los encuentra cuando éste está en frente de la habitación de Germán .
--¿se puede saber que haces en bolas? Te tengo que recordar que esta no es nuestra casa --dice Darío  con reproche.
Pablo se abraza por los hombros a Emilio  que brinca de deseo y dice:
--ahora el único dueño que hay es él y a él no le importa ¿verdad? --Pablo guiñando el ojo.
Emilio  hace que no con la cabeza muy nervioso y excitado.
--si pero hay que ser un poco pudoroso, está la empleada --Darío .
--yo no le tengo que dar explicaciones al servicio ¿y por cierto? Donde ibas, esa no es tu habitación? --Pablo.
--es cierto, hay duerme mi hermano --Emilio .
Darío  se pone muy nervioso, se siente descubierto pero trata de disimular.
--si ya, es que me confundí.
Hace como si fuera a su habitación. Pablo se va corriendo retando a Emilio  a que lo alcance, el otro lo hace loco de felicidad. Le encanta ver como se le mueve todo a ese chico tan guapo. Cuando ya no están Darío  entra en el cuarto de Germán  y su rostro se llena de deseo y ternura al tocar las cosas del hombre.

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